Actualmente no existe fecha para que el elevador vuelva a funcionar, dejando como consecuencia que las personas vulnerables tengan usar las escaleras del edificio.
Ciudad Obregón, Sonora.- El pasado 11 de julio una niña de 6 años de edad murió al quedar prensada en un elevador de un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), hecho que prendió los focos rojos en cuanto a la infraestructura obsoleta del sistema de salud en México.
La pérdida de la menor sigue retumbando en diferentes lugares de la República Mexicana, sobre todo en Sonora. La delegada del IMSS de Sonora, Lourdes Díaz Espinoza señaló que tras lo ocurrido en Quintana Roo, el director general del IMSS, Zoé Robledo los instruyó a verificar las condiciones de los elevadores en hospitales y unidades médicas.
Al realizar las valoraciones se informó que solo el elevador de la Unidad Médica Familiar número uno, situada en Ciudad Obregón, de los 40 que tiene, ha sido sacado de operación y permanece vigilado para evitar que las personas accedan a él.
Tenemos el de la Unidad Médica Familiar 1, ahorita en reparación y obviamente con todo lo que está sucediendo tenemos los cuidados pertinentes para evitar algún accidente como el que ocurrió hace unos días», mencionó Díaz Espinoza.
Tenemos el de la Unidad Médica Familiar 1, ahorita en reparación y obviamente con todo lo que está sucediendo tenemos los cuidados pertinentes para evitar algún accidente como el que ocurrió hace unos días», mencionó Díaz Espinoza.
Pacientes molestos
Si bien y es cierto que hay una indicación que las personas con discapacidad o adultos mayores sean atendidas en la parte baja, existe una gran cantidad de pacientes que tienen por su propia cuenta que llegar a los consultorios ubicados en la parte alta.
María Dolores Robles, quien acaba de dar a luz en junio, fue una de las víctimas que tuvo que sufrir por la nula operatividad del elevador. La cajemense a pesar de tener indicaciones médicas de no subir escaleras y cuidarse por una cesárea, informó que no le quedó de otra y tuvo que subir hasta el último piso.
Le saqué cita a mi bebé por Internet, cumplió su primer mes y le toca su revisión, pero para mi sorpresa al momento de ir al seguro me di cuenta que no servía el elevador y no me quedó de otra».
Con su bebé en brazos y con una operación reciente, María se armó de valor y tuvo que subir hasta el último piso, siendo completamente ignorada por parte del personal.
Lo tuve que hacer con mucho cuidado, porque me puedo exponer a que me pase algo, necesito tener reposo total, pero tenía que llevar a mi bebé, nadie me dio la indicación que me podían atender de abajo, solamente me vieron subir, mi unidad médica familiar es la 30, entonces subí y bajé todas las escaleras».
Al igual que María Dolores, Rebeca L., una señora de la tercera edad, acompañada de un familiar y con bastón en mano, también tuvo que subir hasta el último piso, lo que le generó grandes molestias, pues además de lidiar con el traslado, el calor que hay afuera y el tiempo de espera, todavía tuvo que subir y exponerse a que le suceda un accidente.
«Qué bueno que me acompaña un familiar, vine al seguro porque tengo cita, pero mi unidad está en el segundo piso y como no sirve el elevador, tuve que subir a como Dios me dio entender. Lo bueno que no vine sola, porque si no, no sé qué me hubiera pasado», comentó Rebeca, quien es una de los cientos de pacientes que se encuentran batallando por el cierre del elevador.
Fuente: Tribuna.