El encargado del programa “Por un Cajeme sin balas” considera que presenciar un ataque armado puede dejar algún tipo de secuelas en las personas
CIUDAD OBREGÓN.- Un día de clases que parecía completamente normal de un minuto a otro cambió y se volvió un caos para los 800 alumnos del turno vespertino del Cbtis 37, luego de que una fuerte balacera se registró por fuera del plantel educativo.
Presenciar un hecho como ese puede afectar el día a día de las personas, advirtió el sicólogo Kevin Ley, por lo que se les debe evaluar y atender con un especialista de ser necesario.
Ese día de prepa, las pláticas entre amigos en los salones, el profesor explicando una materia, los murmullos en la caseta y el sonido de cualquier actividad que se estaba realizando alrededor de las 15:00 horas del jueves pasado se vio opacado por el rugir de las balas.
Durante el tiempo que duró la balacera, el alumnado se tiró al piso, corrió despavorido, se escondió tras automóviles o postes, debajo de mesas, y donde la reacción que tuvieron en ese momento se lo permitió.
Hubo llantos, gritos, risas nerviosas, rezos y a más de uno se le fue el aire.
“NO NOS CAYÓ EL 20”
“Silvia”, alumna de sexto semestre, contó que se encontraba en su salón cuando de la nada se empezaron a escuchar los balazos, primero a lo lejos y luego cada vez más cerca.
Se encontraba de pie, explicó, por lo que pudo ver por la ventana como los alumnos que estaban en la cancha corrían a toda velocidad, volteando hacia atrás y se refugiaban en baños y salones.
Cuando se escucharon más fuerte los balazos, dijo, fue que se tiró al piso junto a todos sus compañeros, esperando hasta que todo quedó en silencio.
Su maestro, mencionó, trató de suavizar el momento contando un chiste que los hizo reír y pasándoles lista.
Estábamos platicando mis compañeros y a la mayoría no nos cayó el 20, bien, bien, hasta que estábamos en nuestras casas y vimos todos los videos y lo que realmente pasó, el desastre que se hizo, y todos andamos en ‘shock’, porque cómo te puede pasar el peligro tan cerca”, lamentó.
Puntualizó que se siente raro haber pasado por eso y que aunque sabe que la ciudad es insegura y hay mucha violencia, nunca imagino vivir una balacera tan de cerca.
PUEDE AFECTAR
Kevin Ley, sicólogo encargado del programa “Por un Cajeme sin balas”, manifestó que el que una persona, sin importar la edad, viva de cerca un ataque armado le puede causar alguna secuela que afecten su día a día.
Todo depende de la exposición que la persona tuvo al hecho violento, dijo, entre más riesgo corrió, mayor es el impacto que le genera, por lo que se debe evaluar y atender con especialistas en caso de requerirse.
Se sabe que la violencia en el municipio está muy normalizada y que los menores en algunos hechos violentos son espectadores, pero eso no debe pasar y en caso de, se debe hablar con ellos, ver cómo se sienten y sintieron, para descartar cualquier problema posterior”, indicó.
ES NECESARIO CAPACITAR
Cecilio Luna Salazar, presidente de la Sociedad de Padres de Familia Estatal, aseveró que para proteger la integridad, tanto de la comunidad estudiantil como del personal docente y administrativo, en las escuelas se deben implementar capacitaciones de código café.
Estas situaciones no deben normalizarse, puntualizó, también los padres de familia en casa por el ambiente de violencia que se vive en los diversos municipios deben aconsejar a sus hijos sobre que hacer en caso de estar en riesgo.
Fuente: El Imparcial.